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Presentación en la Cumbre de Salud de la División Norteamericana comparte consejos para disfrutar de un mejor flujo de sangre.

17 de abril de 2023 | Marcos Paseggi, Adventist Review

El 4 de abril, el orador principal David DeRose brindó una presentación sobre hemorheología en la Cumbre de Salud de la División Norteamericana de la Iglesia Adventista en Lexington, Kentucky, Estados Unidos. DeRose, un médico, escritor y pastor adventista, buscó arrojar luz sobre la importancia de la hemorheología en la salud y la enfermedad.

“Hemorheología” no es una palabra muy conocida, y es un término difícil de escribir y pronunciar. DeRose lo definió como “el estudio de las propiedades del flujo sanguíneo y del plasma”, y un elemento esencial para mantenerse sano. “La salud perfecta depende de la circulación perfecta”.

Su objetivo, dijo DeRose, fue describir la conexión entre la hemorheología y al menos cinco estados de enfermedad de importancia fundamental, de una manera que apunte a motivar a un paciente o miembro de la comunidad a implementar cambios en el estilo de vida. DeRose también analizó de qué manera la hemorheología puede ser usada en un programa de salud de base comunitaria, y cuatro estrategias de fácil implementación para mejorar la hemorheología.

David DeRose efectúa una presentación sobre el papel significative de la circulación de la sangre para la salud en general, en el Cumbre de Salud de la División Norteamericana en Lexington, Kentucky, Estados Unidos. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]

Por qué es importante la circulación de la sangre

En términos simples, la hemorheología es la ciencia que estudia con qué efectividad fluye la sangre por el cuerpo, que nutre los tejidos y elimina los desperdicios. “La hemorheología óptima ayuda a prevenir un accidente cerebrovascular, las enfermerdades coronarias, la ceguera (glaucoma y degeneración macular) y hasta el cáncer”, dijo DeRose. “También ayuda a prevenir la disminución cognitive, la hipertensión, la diabetes y sus complicaciones, el aumento de peso y la artritis”.

DeRose compartió los resultados de varios estudios que mostraron de qué manera los pacientes que sufrieron un accidente isquémico transitorio tenían un elevado hematocrito y viscosidad del plasma, entre otros índices. Cuanto más elevados eran esas cifras, dijo, peor son los bloqueos de las arterias carótidas, y el riesgo de un accidente cerebrovascular se duplica o triplica.

De igual manera, un estudio de pacientes con glaucoma mostró que tenían niveles significativamente más elevados de viscosidad de la sangre y el plasma y de otras mediciones claves. Lo mismo puede decirse de los riesgos de cáncer, dijo DeRose. Por ejemplo, “tanto en los pacientes de cáncer de ovario como cervical, la viscosidad del plasma fue un factor significativo de riesgo para la trombosis subsiguiente”, dijo. “Y según algunos estudios, la viscosidad también representó un factor significativo de riesgo para la supervivencia general en las pacientes de cáncer de ovario”.

DeRose citó un estudio específico en el que sus autores explicaron que la viscosidad de la sangre “altera las propiedades del flujo sanguíneo y puede inducir la hipoxia […] que favorece la trombosis, el asentamiento de las células tumorales y, en consecuencia, la metástasis”.

Líderes adventistas de salud y laicos interesados en los ministerios de salud escuchan la presentación de David DeRose el pasado 4 de abril, durante la Cumbre de Salud de la División Norteamericana. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]

Otros beneficios de la buena circulación

Hay estudios que también han mostrado que una viscosidad de plasma menor mejora la velocidad de la reacción y la alerta mentales. Al mismo tiempo, otros estudios han mostrado conexiones entre una pobre hemorheología y la hipertensión. Una de las razones, muestran los estudios, es que la mayor resistencia al flujo sanguíneo (una hemorheología pobre) puede requerir de una presión sanguínea elevada para hacer circular la sangre en forma adecuada.

Algo similar sucede en relación con el aumento de peso. “La circulación pobre de la sangre también lleva a una menor oxigenación de los tejidos”, dijo DeRose, “lo que finalmente lleva a que las calorías sean quemadas de manera menos eficiente, lo que entonces produce un aumento de peso”.

Cómo mejorar la circulación de la sangre

En la última parte de su presentación, DeRose compartió consejos para mejorar la circulación sanguínea y ayudar a que otros de la comunidad local hagan lo propio. Entre sus sugerencias, mencionó diez estrategias simples que la mayor parte de las personas pueden implementar. Incluyen donar sangre, beber más agua y consumir más alimentos de origen vegetal, además de alcanzar y mantener un peso adecuado, que él definió como “lo que usted pesa cuando se encuentra en un programa ideal para su situación”, porque perder grasa corporal mejora la circulación de la sangre, según DeRose.

¿Qué decir del ejercicio diario? “¿Qué es mejor?”, preguntó DeRose. “¿Ser delgado y estar fuera de estado, o gordo y en buen estado físico? Escoja la segunda opción”, recomendó. También sugirió, de ser aplicable, dejar de fumar, recibir cantidades diarias adecuadas de vitamina D durante todo el año, y dormir en forma adecuada todas las noches. Por último, DeRose enfatizó la importancia de controlar el estrés y de hacer de la salud dental una prioridad.

La circulación de la sangre y la nutrición

DeRose dedicó un tiempo a desarrollar las conexiones entre la circulación de la sangre y la nutrición. Mencionó en primer lugar el papel de la cafeína, que produce una reacción química en el cuerpo que torna a las plaquetas más pegajosas, incrementar las hormonas del estrés y eleva la presión arterial.

Los fitoquímicos también son importantes, enfatizó DeRose. “Los fitoquímicos son componentes naturales de las plantas que no son esenciales para la vida pero que pueden afectar la salud humana de diversas formas”, dijo. Mencionó la antocianinas, que se encuentran en las manzanas rojas, las uvas, las bayas, las cerezas, el tomate, la cebolla y el ajo. Las antocianinas han mostrado propiedades antioxidantes más potentes que las vitaminas E y C, además de propiedades de relajación de los vasos capitales y antiinflamatorios y anticáncer.

DeRose también se refirió a la curcumina, un polifenol que se encuentra en la cúrcuma y que, entre otros beneficios, puede ayudar a prevenir el cáncer de colon y las cataratas, disminuye el carácter pegajoso de las plaquetas y acaso protege contra los trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer. También mencionó la luteína, que se encuentra en las verduras de hoja verde, el maíz, las papas y los tomates. “La luteína es un antioxidante que previene el cáncer de colon y de riñón y el melanoma, y puede que proteja contra la degeneración macular”, dijo DeRose.

Un carotenoide llamado licopeno también ha demostrado propiedades antioxidantes, dijo DeRose. “El licopeno también disminuye el colesterol LDL, [ayuda en] la prevención de las afecciones cardíacas, disminuye los riesgos de sufrir quemaduras por el sol, y previene varios tipos de cáncer”, dijo. El licopeno se encuentra en los tomates, los damascos, los pomelos, la sandía y la papaya.

El azúcar, el ejercicio, el sueño y el control del estrés

DeRose también aconsejó a que las personas evalúen los contenidos de azúcar de los productos al leer las etiquetas de factores nutricionales. Es fundamental mantener un control sobre el consumo de azúcar, dijo. “La ingesta cada vez más grande de azúcares simples puede empeorar la fluidez de la sangre, en parte, debido a las correlaciones con el aumento de peso, peores triglicéridos y un nivel elevado de ácido úrico”, dijo.

En lo que respecta al peso corporal, los estudios han mostrado que los pacientes con sobrepeso tenían mayores niveles de viscosidad del plasma y de la proteína C-reactiva, que es un marcador de inflamación. Por otro lado, el ejercicio aeróbico mejora la fluidez de la sangre. “Cuanto más ejercicio practique, mejor será su hemorheología”, dijo De Rose. “El ejercicio ayuda al flujo de la sangre al disminuir las grasas corporales”.

Citó a Elena G. White, una de las fundadoras de la Iglesia Adventista, quien en Testimonios para la iglesia (t. 2), escribió que se debe “salir y hacer ejercicio todos los días, aunque [se tengan] que descuidar algunas de las tareas de la casa” (p. 470). Y en My Life Today agregó: “El ejercicio por la mañana, al caminar en el aire puro y tonificante del cielo, o cultivar flores, pequeños frutos y verduras, es necesario para la circulación saludable de la sangre. Es la salvaguarda más segura contra los resfríos, la tos […] y cientos de otras enfermedades” (p. 136).

La deprivación del sueño también afecta la circulación de la sangre, dijo DeRose. Un estudio mostró cambios significativos en los marcadores de inflamación de las personas que solo dormían cuatro horas por noche.

Finalmente, DeRose mencionó lo que considera “lo mejor para el control del estrés”, según lo expresó Elena G. White en El ministerio médico. “La religión de la Biblia no es perjudicial para la salud del cuerpo ni de la mente”, leyó DeRose. “La influencia del Espíritu de Dios es la mejor de todas las medicinas” (p. 14).

Traducción de Marcos Paseggi

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