Miami, Florida, Estados Unidos . . . [Libna Stevens/DIA]

El Huracán Ivan azotó al Caribe esta semana, destruyendo todo en su trayectoria.  La tormenta, categoría cinco, dejó a Granada en caos, arrazó Jamaica y se estacionó sobre las islas Caimán por más de 15 horas.  Para el tiempo cuando Iván salió del Caribe, había reclamado la vida de tres adventistas del séptimo día, destruyendo iglesias y escuelas y afectando muchos hogares de miembros de iglesia.

En Jamaica, los embates de fuertes lluvias del huracán dejó a un anciano miembro de iglesia muerto por un accidente relacionado con un generador de energía, dañó los techos y/o inundó más de 120 edificios de iglesias, cerró la universidad adventista por una semana, paralizó la energía y la comunicación a través de la isla.

De acuerdo a Leon B. Willington, vice presidente de la iglesia en Interamérica, quién visitó el territorio del 17-19 de septiembre, la devastación de Jamaica fue visible en cada comunidad.

«Algunos edificios de iglesia fueron parcialmente demolidos y tuvieron daños por las inundaciones», dijo Wellington.  Las iglesias no afectadas están siendo usadas como refugios.

La Universidad del Caribe Norte, que tiene más de 5,000 estudiantes matriculados en todas sus dependencias, sufrió daños en el techo de la capilla y sección preescolar, y dejó a la institución sin energía por una semana.  Las clases volvieron a reunirse parcialmente el 19 de septiembre con la ayuda de generadores.  Se espera que, pronto, todas las clases vuelvan a su rutina académica.  

Wellington dice que, a pesar de los efectos del Huracán Iván, la iglesia está trabajando fuerte para proporcionar alivio y restaurar la vida normal a sus miembros en la comunidad.  En un país donde uno de cada doce habitantes es adventista, Wellington dice que «la mayoría de las iglesias están siendo usadas como centros de registro para los miembros de la comunidad que necesitan ayuda y asesoramiento».  Las iglesias, en cooperación con los esfuerzos de la Agencia de Desarrollo y Servicios Asistenciales en Jamaica, han estado distribuyendo agua y alimentos a las víctimas.  Los miembros de la iglesia están agradecidos por haber sido protegidos de una peor tormenta.

Las Islas Caimán fueron azotadas por las ráfagas de 160 millas por hora del Huracán Iván y lluvias torrenciales por más de 15 horas, el 11 de septiembre, destruyendo hogares de miembros de iglesia e inundando las islas. Diez de las once iglesias adventistas sufrieron daños. Afortunadamente, no se informaron muertes entre los adventistas del séptimo día, según Jeff Thompson, presidente de la iglesia en las Islas Caimán.  

«Algunas casas estaban sumergidas bajo 20 pies de agua, donde no había elevación. La gente tuvo que subirse a los techos», dice Thompson, cuya residencia no escapó del huracán.

«Tuve que hacer un hueco en el cielo razo de mi casa porque  el agua nos llegaba sobre la cintura», dice Thompson. Su auto se sumergió bajo 8 pies de agua, agrega él. No fue sólo él. Las casas de cada uno de los pastores sufrieron daños y las carreteras se inundaron, lo cual complicó los esfuerzos para lleger a los miembros de iglesia.

Sin embargo, Thompson se reunió con todos los pastores la semana pasada para evaluar los daños y organizar esfuerzos a fin de proveer generadores a todas las iglesias.

Tres iglesias pudieron tener sus servicios del sábado el 18 de septiembre de 9 a 11 a.m. y los servicios semanales de las noches pronto se iniciarán, después que el toque de queda sea suspendido. Todas las iglesias tendrán sus servicios de sábado para el 25 de septiembre, según Thompson.

La sede de la iglesia en Georgetown, Gran Caimán, sufrió daños mínimos en su techo, igual la escuela adventista. Aunque la mayor parte de las escuelas del gobierno reiniciarán actividades en enero, la escuela adventista espera reiniciar su programa regular a mediados de octubre.

Un cargamento con agua, alimentos y materiales de socorro se espera que llegue, más tarde esta semana, proveniente de iglesias adventistas menos afectadas en la isla vecina de Caimán Brac, dice Thompson. En camino están, también, esfuerzos de ADRA para coordinar la provisión de artículos necesarios a las víctimas del huracán. También se han trazado planes para reparar las casas de los miembros de iglesia tan pronto se restaure la energía eléctrica.

Granada, la isla más golpeada al comienzo de mes (vea la historia completa del 14 de septiembre), aún permanece con mínima cantidad de agua fluyendo y nada de energía eléctrica. El gobierno aún mantiene el toque de queda de las 5:00 de la tarde, cada noche, y a las islas circunvecinas es aún difícil de llegar debido a los escombros.

Las agencias de ADRA en el Caribe y Granada han estado desarrollando una serie de esfuerzos de socorro a fin de asegurar que la gente recibe el agua y los alimentos necesarios. Continúan los esfuerzos de socorro hacia la isla.

Otras islas del Caribe, como Cuba, han sido afectadas por los huracanes Frances e Iván durante las últimas semanas.  Más desastres golpearon a Haití ayer por las inundaciones de la Tormenta Tropical Jeanne, que abatió a Puerto Rico y República Dominicana, igualmente. La temporada de huracanes no termina oficialmente hasta el final de noviembre.

Para más información sobre cómo ayudar las víctimas de los recientes huracanes en el territorio de la División Interamericana, llame al teléfono número 305-403-4700, o visite www.adra.org.

Image by ANN. Leon Wellington
Image by ANN Leon B. Wellington

Top news

Marcos Paseggi gana Premio de Excelencia en Comunicación en GAiN Europa
¿Cuán flexible o centralizada debería ser la comunicación adventista?
Líderes adventistas aprueban iniciativas claves y plan estratégico para 2025-2030